domingo, 29 de noviembre de 2020

LA SOGA

En el cine actual, irremediablemente inmerso en la era digital, el plano secuencia (igualmente complicado de manejar) carece de sentido aunque se siga usando; un ejemplo de ello es 1917, la película dirigida por Sam Mendes en 2019. Cabe explicar que en la época analógica la duración de una bobina de película era de 300 metros, lo que equivalía a algo menos de doce minutos.  

Personalmente, en La soga (Rope, 1948), y aunque la trama es ciertamente interesante y James Stewart está impecable como de costumbre, lo que más me interesa y asombra es la parte técnica y esa pericia que Hitchcock muestra a la hora de presentar la película: con diez planos secuencias, en el que el más breve consta de algo más de cuatro minutos, cinco de ellos con más de siete minutos, dos de nueve minutos, e incluso uno de diez minutos, que va hilvanando uno con otro de manera ingeniosa. Un año más tarde, aunque en menor medida, Hitchcock volvería a hacer uso del plano secuencia en Atormentada (Under Capricorn, 1949), y Orson Welles, una década después, abriría su película Sed de mal (Touch of Evil, 1958) con otro portentoso e inolvidable plano secuencia de varios minutos.

Yo sigo pensando que La soga podría haberse titulado: «Un asesinato absurdo en diez planos secuencias».  

Rupert Cadell (James Stewart) con sus dos estudiantes.

VALORACIÓN: 9.5/10

No hay comentarios:

Publicar un comentario