martes, 26 de enero de 2021

GHOST DOG, EL CAMINO DEL SAMURÁI

El cine de Jim Jarmusch tiene la particularidad de empaparse de claros elementos propios de otros cineastas, y a la vez ofrecer un concepto cinematográfico singular y diferenciador capaz de alejarse de aquello que le influye, algo que se observa a lo largo de toda la filmografía del director nacido en Ohio y que se percibe de manera diáfana en Ghost Dog, el camino del samurái (Ghost Dog: The Way of the Samurai, 1999).

La citada cinta de Jarmusch cuenta la historia de un sicario neoyorquino que se hace llamar Ghost Dog (Forest Whitaker) cuya filosofía de vida tiene como base el Hagakure, obra del samurái Yamamoto Tsunetomo. La película es en sí un verdadero ejercicio de metacinematografía en donde de paso se hace referencia a diversas obras de la literatura y que como en otros filmes de Jarmusch, la comunicación es un hecho fundamental en el desarrollo de la historia, desde el fluido diálogo entre Ghost Dog y Raymond, el heladero, en donde no hablar el mismo idioma no supone ninguna barrera (el primero sólo habla inglés y el segundo francés), la conexión que se establece entre el sicario y Pearline (Camille Winbush), una niña, o la extraña forma que tiene de comunicarse mediante palomas mensajeras el gánster Louie (John Tormey) y Ghost Dog.

Ghost Dog, el camino del samurái nos presenta a un pequeño grupo de gánsteres de poca monta, una historia sobre una organización mafiosa de tintes paródicos, que como Cervantes tratando de criticar las novelas de caballería, Jarmusch llevó a cabo un neo noir de enorme factura por cuyas imágenes aparecen ecos de películas como Solo ante el peligro, El último atardecer de Robert Aldrich en la última escena con el arma descargada (que también tomaría Melville para su filme), El bueno, el feo y el malo (en las sucesivas escenas en las que Ghost Dog se fabrica su propia arma), y por supuesto el innegable homenaje a El silencio de un hombre de Jean-Pierre Melville.

La película de Jarmusch (¿copió Tarantino para su Django desencadenado el momento en el que Ghost Dog entra en la mansión de los gánsteres? Yo diría que sí) se mueve con un ritmo fascinante perfectamente articulado en la trama compuesto por el rapero RZA (que también participa en el filme), diálogos sobresalientes y momentos y escenas maravillosas: desde lo chocante que resulta observar a un samurái de color, enorme y pasado de peso, el cambio de las matrículas de dos vehículos frente a su dueño, las innumerables aves que aparecen a lo largo de la cinta, el mafioso absorbido por los dibujos animados (y cuyo final es similar al que había presenciado poco antes en uno de esos filmes animados), o cuando ese delicado pájaro paseriforme se posa sobre el silenciador del cañón del arma de Ghost Dog. Sin duda que Jarmusch está dejando una enorme huella en la historia del cine.

 

 Ghost Dog leyendo el Hagakure.

 VALORACIÓN: 8/10

 

viernes, 8 de enero de 2021

CAUTIVOS DEL MAL

Pocas películas han mostrado de forma tan descarnada (y parece que real) los entresijos más truculentos de la industria del cine como lo hizo Vincente Minnelli en Cautivos del mal (The Bad and the Beautiful, 1952), adentrándose en las entrañas de un mundo fascinante pero a la vez lleno de sombras. Hemos sido dobles espectadores de cine dentro del cine desde diferentes puntos de visto: divertido como aparece en La noche americana de Truffaut, oscuro como el de En un lugar solitario de Ray, o hermosamente evocador como nos lo enseñó Tornatore en Cinema Paradiso. Sólo El crepúsculo de los dioses de Billy Wilder sigue la senda de Minnelli para hacernos partícipes de la decadencia que sufren las estrellas en el séptimo arte y lo que realmente se esconde tras la tramoya.

Cautivos del mal tiene como personaje central al productor Jonathan Shields (Kirk Douglas) en el ostracismo de su carrera, y la historia de su vida más reciente es reconstruida mediante los flashbacks de la actriz Georgia Lorrison (Lana Turner), el director Fred Amiel (Barry Sullivan), y el guionista James Lee Bartlow (Dick Powell). Los tres se niegan a seguir trabajando con Shields en una última y desesperada llamada que éste les hace desde París para formar parte de una nuevo proyecto con el que trata de reflotar su carrera; pero resulta evidente que los tres han llegado a ser lo que son en el mundo del cine gracias al polémico productor. 

Además de una puesta en escena fabulosa y una historia cautivadora, otro punto de interés de la película radica en establecer qué personajes reales se esconden tras el poderoso productor, la bella actriz, el guionista o el director principal. Al parecer el primero está inspirado en David O. Selznick, aunque esa película de serie B que citan y se asemeja por su título a La mujer pantera nos hace pensar que también tiene algo de Val Lewton. La actriz a la que da vida Lana Turner podría ser Diana Barrymore, y el guionista, James Lee Bartlow, pudiera ser William Faulkner, F. Scott Fitzgerald o Paul Eliot Green. No se ha podido establecer en quién está inspirado el personaje del director Fred Amiel que interpreta Barry Sullivan, pero sí otros directores que aparecen en el filme, como por ejemplo Alfred Hitchcock, o el que responde al nombre de Von Ellstein parece ser Von Stroheim o Josef von Sternberg o bien una mezcla de ambos, en este drama con un guión firmado por George Bradshaw y Charles Schnee que es todo un desfile de personajes de Hollywood en el que asimismo creemos intuir la presencia, además de los anteriormente citados, de Judy Garland, la exmujer del propio Minnelli, Alma Reville, la mujer de Hitchcock, Herman Mankiewicz, e incluso de Orson Welles, en una historia que se inicia con una voz en off y nos hace pensar de inmediato que estamos asistiendo a la proyección de una película de cine negro, por ese elemento, por la trama en sí así como por los continuos flashbacks, y que pasa por momentos en los que su ritmo languidece si bien queda compensado con hermosas escenas y la fotografía de Robert Surtees.  

Lana Turner y Kirk Douglas.

VALORACIÓN: 7.5/10