martes, 15 de diciembre de 2020

CARRETERA ASFALTADA EN DOS DIRECCIONES

Tres son los títulos que destacan en la breve filmografía de Monte Hellman y que aún hoy siguen levantando interés hasta haberse convertido en auténticas películas de culto: El tiroteo y A través del huracán, dos westerns de 1966 protagonizados por Jack Nicholson, y Carretera asfaltada en dos direcciones (Two-Lane Blacktop, 1971). Si las primeras suponen dos películas del oeste completamente atípicas, enfocados desde una lógica kafkiana e influencia para algunos cineastas, como lo fue para Jim Jarmusch y su Dead Man, en una época en la que el género estaba clínicamente muerto, con historias crepusculares como sinónimo de su situación y con el eurowestern en pleno auge, Carretera asfaltada en dos direcciones es una road movie realizada en plena movida hippie y bajo la clara influencia de Easy Rider, la película dirigida por Dennis Hopper dos años antes.   

Si como apuntaba, entre las obras más renombradas de Hellman nos encontramos con esos dos westerns anteriormente citados, Carretera asfaltada en dos direcciones no lo es menos y se enmarca igualmente en el concepto de película del oeste aunque ambientada en la América contracultural de los años 60, con dos jóvenes y una muchacha recorriendo el país sobre su coche, deteniéndose en gasolineras de carreteras secundarias y haciendo carreras ilegales, personajes de los que por cierto no se revela en ningún momento su nombre, en esta película en la que trabaja Harry Dean Stanton, uno de los mejores secundarios que ha dado el cine en las últimas décadas, con una historia que tiene un buen arranque, incluso para los profanos en el mundo de la automoción, como es mi caso, pero que comienza a diluirse pasados tres cuartos de hora, y es que probablemente le hubiese bastado con haber sido un mediometraje. 

Cartel promocional de la época.

VALORACIÓN: 6.5/10

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