lunes, 8 de febrero de 2021

YELLOWSTONE

El cine de la actualidad también engloba el fascinante mundo de las series, y a mí no sólo me gustan, sino que además considero que muchas de ellas son verdaderas obras maestras y se encuentran muy por encima de una gran parte de las películas que se producen actualmente, pero aun así prefiero a las segundas por un concepto de tiempo, ya sea un cortometraje o bien un largometraje aunque su duración sea de tres o cuatro horas; para no caer en tentaciones tampoco dispongo (por ahora) de plataformas digitales pues aún me quedan por ver y revisitar demasiadas películas clásicas de mi filmoteca, siempre en formato físico, porque me gusta ver y sobre todo tocar.

Acabo de terminar de visionar la segunda temporada de Yellowstone (Yellowstone, 2018), creada y dirigida por (entre otros) Taylor Sheridan y bajo el sello de Paramount, y aunque reconozco que no es la mejor serie, la conjunción de todos sus elementos han hecho de ella una gratísima sorpresa. 

Gracias a la hermosa fotografía de Ben Richardson, la música de cabecera compuesta por Brian Tyle, y un potente guión escrito por el propio Sheridan y varias manos más, Yellowstone sitúa al espectador en los idílicos parajes del estado de Montana, en concreto en el rancho Yellowstone, cuyo propietario es John Dutton (Kevin Costner), un personaje complejo, despiadado y duro, poseído por su particular historia personal y que no repara en todo tipo de artimañas con tal de proteger las tierras de su rancho, por encima incluso de su propia familia, a la que usa a su antojo con tal finalidad.

Visionar Yellowstone es como si Shakespeare hubiese escrito una tragedia en el actual western: personajes turbios, ladinos, brutales... sin que a la trama le falte cierta dosis de folletín en el seno de una familia que no es menos que la de El padrino, que tiene a su patriarca pero también a su particular consigliere en el oscuro personaje Rip Wheeler (Cole Hauser), fiel como un animal, en un rancho cuyos vaqueros sólo pueden ser antiguos presidiarios, marcados (literalmente) como reses con el símbolo del rancho, y del que jamás podrán huir, enjaulados en otra prisión, o en el mejor de los casos en un laberíntico limbo. 

Otro de los puntos fuertes de Yellowstone es la perfecta representación del oeste y del mundo rural, con sus escenas bucólicas y también su dureza, amén de una gran interpretación por parte de todos sus personajes, entre los que sobresalen el atormentado Jamie Dutton (Wes Bentley) y la atractiva y pérfida Beth Dutton (Kelly Reilly), si bien es Kevin Costner (que tanta alegrías ha aportado al western moderno tanto en su faceta de actor como de director) el verdadero motor de esta serie que exuda poder y corrupción, crueldad, violencia y traición, e irradia una buena dosis del mejor sabor de las películas que convirtieron en leyenda el viejo western e incluye un homenaje a Centauros del desierto en el capítulo final de la segunda temporada. 

Postdata: Descubro que ya han emitido la tercera temporada y que se espera una cuarta, pero puede que lo más conveniente hubiese sido que todo quedase concluido en esta segunda, e incluso en la primera. 

Gran parte de los protagonistas de la serie.

VALORACIÓN: 7.5/10

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