jueves, 26 de noviembre de 2020

TIOVIVO C. 1950

El inconveniente con el cine de José Luis Garci no radica ni en su autor, ni en nada que tenga que ver con su labor cinematográfica, sino en un hecho tan simple como el que se produce con un libro, con una obra de arte o con una composición musical, y es la que resulta cuando el espectador que se acerca a ésta busca algo de lo que carece, y llega la incomprensión, y acto seguido la frustración. 

Tiovivo c. 1950 (2004) se desarrolla en un tiempo y un espacio muy concreto: en el Madrid de los años cincuenta, como indica su título, y por tanto en plena posguerra española, desplegándose como una película coral en la que una veintena de personajes nos muestran su día a día sin centrarse exclusivamente en la miseria de aquel periodo posterior al conflicto bélico, sino en aquello que comparten y tiene que ver con las relaciones humanas, tanto en sus aspectos positivos como en los que no lo son tanto, y de esta forma, Garci, coautor del guión junto a Horacio Valcárcel, va presentando y desarrollando a los personajes, con sus cuitas y ansia de prosperar, con actividades propias de la época, muchas ya perdidas, en un fresco sobre una época como se han hecho pocos en nuestro cine, con una mirada que no busca la división que se produjo entre vencedores y vencidos y sin atisbo de rencor de los unos contra los otros, y por tanto alejándose de la manida visión expuesta hasta entonces en el cine español que ha intentado retratar este complejo periodo de nuestra historia. 

Junto a la dirección de Garci y el guión firmado por éste y Valcárcel, cabe destacar la magnífica labor como director artístico de Gil Parrondo en la reconstrucción de Madrid en aquella época, en esta película lenta, masticable, sentimental, y en muchos momentos anclada en la tristeza.

Eusebio (Alfredo Landa) dialoga con Romualdo (Andrés Pajares).

VALORACIÓN: 7.5/10

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